viernes, 31 de octubre de 2008

Tratamiento

Como ya hemos dicho, los signos de alerta de apoplejía exigen una inmediata evaluación médica de emergencia. Una de las razones que explican esa urgencia es que los investigadores han descubierto recientemente que el daño cerebral relacionado con el derrame cerebral puede extenderse mucho más allá de la zona directamente afectada por la apoplejía y puede agravarse en las primeras 24 horas. Los investigadores están intentando limitar o evitar ese daño secundario al investigar la posibilidad de proteger al cerebro con determinados fármacos administrados en las primeras seis horas posteriores al derrame cerebral.

Cuando se produce la apoplejía es necesaria la hospitalización del paciente para determinar la causa, iniciar el tratamiento y evitar las complicaciones que pudieran surgir. La rehabilitación se inicia una vez que se estabiliza el estado del superviviente del derrame cerebral y se compruebe que se ha detenido el deterioro neurológico.

La rehabilitación puede incluir la capacitación intensiva dirigida a la recuperación de distintos aspectos: el movimiento; el equilibrio; la percepción del espacio y del cuerpo; el control de esfínteres; el lenguaje; y nuevos métodos de adaptación psicológica y emocional. Los programas de rehabilitación tras los derrames cerebrales exigen el esfuerzo coordinado de muchos profesionales de la salud.

Aproximadamente un 80% de los supervivientes de apoplejía presentan trastornos físicos, de la percepción y del lenguaje que se pueden curar a través de la rehabilitación. Muchos no reciben los servicios que necesitan porque no se les remite a dichos servicios, o porque los seguros gubernamentales o privados no los cubren. Los trabajadores sociales pueden contribuir a aliviar el costo económico de la atención a largo plazo.

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